La madera es un material vivo que aporta naturaleza y calidez a nuestro hogar. Es resistente, duradera y aunque parezca que en el suelo su desgaste va a ser mayor, con los cuidados y mantenimiento adecuados, un suelo de madera aguanta el paso del tiempo y crece en valor, carácter y personalidad, aportando elegancia, clase e incluso creatividad a nuestro hogar. Existen multitud de aplicaciones en madera para nuestros suelos, desde el conocido parqué, en todas sus variedades, hasta la madera natural en tablas o laminada. Para cuidar y mantener el suelo de madera, es recomendable evitar el uso de los productos tradicionales de limpieza como detergentes o lejías, hay productos específicos para la madera que ayudan a su conservación y mantenimiento. Y algunos trucos caseros, como echar un chorrito de vinagre en el cubo de agua para abrillantar la superficie del parqué o el uso de aceite de oliva para nutrir la madera natural. Te mostramos a continuación algunos ejemplos de pavimento de madera para que compruebes cómo puedes integrar este elemento en tu vida.
El suelo de este salón instalado por los profesionales de Timberplan está revestido con un tipo de parqué realizado con maderas tropicales. Este tipo de madera se caracteriza por su elevado índice de resistencia y durabilidad, tanto para el exterior como para el interior de la vivienda. Lucen mucho más en espacio amplios, como el de la imagen, en los que su personalidad realza todo el conjunto de la sala.
En nuestra tradición la madera no es uno de los materiales más utilizados en las cocinas; salvo contadas excepciones en viejas casas rústicas o de campo, se suele optar por otros materiales más comunes con un cartel más resistente y menos delicado. Sin embargo, si nos decantamos por la madera como pavimento para el suelo de nuestra cocina, obtendremos un ambiente cálido y acogedor.
Un suelo de madera típico es el parqué, una serie de tablillas colocadas siguiendo un mismo patrón geométrico, generalmente en espiga o cuadrados En esta otra cocina vemos un parqué de roble con nudos cepillados y una estructura tricapa para darle mayor protección y aislamiento de los cambios medioambientales.
Una de las ventajas del parqué es la multitud de combinaciones posibles entre las tablillas de su entramado. Se pueden conseguir auténticas obras de artes con todo tipo de figuras y motivos geométricos, combinando distintos barnices y diferentes tipos de madera. En la imagen que acompaña este texto, un atrevido diseño de rombos y cruce de líneas cuadradas, genera una atmósfera aristocrática diga de cualquier palacete.
El suelo de parqué requiere un mantenimiento mínimo y se recomienda el uso de la mopa en vez de la aspiradora o cepillo para evitar el efecto lija. Cada cierto tiempo, dependiendo del desgaste, se suelen acuchillar para eliminar el tono oscurecido por el desgaste y dejar de nuevo a la vista el tono natural de la madera. En la imagen vemos una composición encuadrada en un marco de tonos más intensos que suele ser un recurso aplicado con relativa frecuencia.
La presencia de la madera ya imprime un carácter determinado. Es natural, cálida, acogedora y eso se percibe desde el primer instante. En los dormitorios, un lugar que por definición debe generar calma y tranquilidad, es un recurso muy acertado que contribuirá a crear un clima de tranquilidad y descanso.Y si la decoración elegida transmite esa misma sensación, la transformación es instantánea.
La madera es como el vino, madura con la edad y adquiere más cuerpo y personalidad. La huella del tiempo no hace otra cosa que aumentar el valor de este noble material. En la imagen, el suelo de madera de roble convive perfectamente con la piedra de un pilar y las impresionantes vistas al mar. Tres elementos naturales en perfecta armonía.
Inesperada, creativa, imaginativa, elegante… Nos faltarían calificativos para describir esta sorprendente idea de generar un revestimiento partiendo de adoquines de madera de roble. Resistentes y duraderos estos pequeños bloques bajo nuestros pies nos remontan a un pasado lleno de tradiciones y costumbres cuyo espíritu aún perdura en nuestros ideas.
Como hemos visto anteriormente, la piedra y la madera están íntimamente vinculadas. En entornos rurales es muy frecuente verlas convivir en las casas, aunque estemos más acostumbrados a ver la madera en los techos, en las vigas y traviesas, también podemos bajar la mirada al suelo y encontrarnos este pavimento de madera de haya, en listones de largas dimensiones para cubrir una estancia que respira aires rústicos por sus cuatro costados.
Para finalizar nuestro recorrido, digamos que la madera en el suelo no es algo caprichoso. En otros países, de tradición más maderera, este material es indiscutible en algunas construcciones. No se negocia su resistencia, su durabilidad, su confort o su calidez. Y no sólo se utiliza en el suelo, sino que toda la edificación se levanta sobre este material. La madera es una expresión de la naturaleza y la naturaleza es la vida.