8 excelentes virtudes de los tejados a cuatro aguas

Cristina Jiménez Cristina Jiménez
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Los tejados inclinados son han venido siendo la forma de resolver las cubiertas en la Arquitectura tradicional. El objetivo principal de la cubierta de una casa es el de protegerla, en su parte superior, de las inclemencias meteorológicas, proporcionando una estructura que de cobijo y acondicione los espacios interiores de la vivienda. La aparición de las cubiertas planas, que se empezaron a usar masivamente en el pasado siglo, supuso una verdadera revolución para los tejados de la casas. 

Aunque en edificios de vivienda colectiva y otras tipologías arquitectónicas estas cubiertas planas han ido desplazando progresivamente a las inclinadas, los tejados a dos, a tres y a cuatro aguas siguen teniendo una fuerte presencia en las viviendas unifamiliares. Ya sea por su facilidad de ejecución, con medios más tradicionales, por el carácter bucólico de estos tejados o por una búsqueda de esa imagen de casa rural que nos evoca el pasado, este tipo de cubiertas sigue teniendo un fuerte protagonismo en la actualidad. En determinados casos, apostar por un tejado inclinado es algo más que una decisión estética puesto que, por su propia configuración geométrica, estas cubiertas nos aseguran un buen comportamiento ante la lluvia o la nieve. Es por plantearnos las condiciones climáticas del entorno en el que se va a construir por donde debemos empezar a proyectar la casa que queremos construir, apoyándonos en un buen técnico. Se deben analizar las características higrotérmicas (condiciones de temperatura y humedad) o el soleamiento que tiene la zona en la que vamos a construir. Aunque el tipo de cubierta a construir puede venir determinado por este análisis,  una cubierta a cuatro aguas siempre resultará una solución válida; te contamos porqué.

1- ¿Qué es una cubierta a cuatro aguas?

Una cubierta a cuatro aguas es aquella que cuenta con cuatro faldones, es decir, con cuatro superficies inclinadas que descienden desde la zona central de la cubierta hacia las cuatro fachadas de una vivienda. Geométricamente, esta es la forma más primaria de cubrir una planta cuadrada con una cubierta inclinada. Sin embargo, después se pueden incorporar muchísimos matices al diseño, empezando por si los faldones se unen en la parte superior del tejado en un solo punto o comparten una arista recta y, por tanto, no cuentan con la misma inclinación.

2- Ventajas de una cubierta inclinada

Las cubiertas inclinadas a cuatro aguas cuentan con una serie de ventajas respecto a otros tipos de cubiertas y, no en vano, es uno de los tipos de cubierta más populares, con una gran tradición en la Arquitectura tradicional. Estas cubiertas permiten eliminar el agua (de lluvia y también la nieve que pueda acumularse) por simple gravedad, por lo que es muy recomendable en climas con alta pluviometría o zonas montañosas. Además, al disponer de faldón en todos los lados, funciona igual de bien independientemente de cuál sea el viendo dominante, al contrario que ocurre con las cubiertas inclinadas a dos aguas, donde sí debe ser tenida en cuenta esta cuestión (así como también la orientación de la casa para prevenir el soleamiento excesivo).

3- Desventajas de un tejado a cuatro aguas

Como desventajas de estas cubiertas con respecto a las inclinadas con dos o tres aguas, cabe señalar que normalmente su coste es mayor, pues la ejecución suele ser más compleja. 

Si las comparamos con las cubiertas planas, tan utilizadas actualmente en climas secos, habría que destacar que e estas últimas permiten un mayor aprovechamiento de la superficie de la casa. Las cubiertas planas pueden ser utilizadas como terrazas y dar lugar a un espacio extra para ser usado con el buen tiempo. Por ello, a medida que han ido mejorando los sistemas de impermeabilización, se ha incrementado el uso de cubiertas planas también en climas lluviosos.

4- La estructura de la cubierta a cuatro aguas

Tal y como ocurre con los muros que componen las fachadas de la viviendas actuales, lo normal es que también la cubierta que protege una vivienda no esté formada por un sólo material sino que estén formadas por casa. Estos elementos que componen cada faldón de cubierta no suelen servir como estructura portante del edificio, sino que se sustentan mediante un sistema de vigas que distribuyen la carga de la cubierta hacia la estructura vertical de la casa. Podemos encontrar cubiertas autoportantes en construcciones de pequeño tamaño o edificaciones de poca altura pero, el resto, suelen emplear una  estructura de acero, hormigón o madera para la cubierta, al igual que ocurre para el resto de los cerramientos.

5- Tipos de cubierta a cuatro aguas

Una cubierta a cuatro aguas puede emplear distintos materiales para su acabado superficial; también la geometría de estas, la inclinación de sus faldones o el tamaño de sus aleros, da lugar a diferentes tipos de tejados a cuatro aguas. Aunque empleemos el término de tejado para referirnos a cualquier cubierta, éstas no tienen porqué emplear siempre la teja cerámica, un material, no obstante, tradicionalmente muy utilizado. 

6- Materiales variados

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Otro material muy empleado en la arquitectura popular es la piedra, especialmente la pizarra, que da una apariencia tan característica a las casas así construidas. Si buscamos una imagen más moderna, que huya clásica arquitectura rural, también se pueden emplear distintos metales como material de cubierta para los faldones inclinados de un tejado. Desde opciones más clásicas, como el zinc o el aluminio, a otras más innovadoras, como el titanio. Y lo mismo puede aplicarse hacia el espacio interior, pudiendo llegar a crear techos realmente espectaculares.

7- Construcción de la cubierta

Construir una cubierta inclinada no está al alcance de cualquiera pues el tejado de una vivienda tiene una complejidad tal que requiere de mano especializada. En primer lugar, requiere de un Arquitecto que realice el proyecto, que calcule la estructura de la cubierta, la inclinación de los faldones o el tamaño de los aleros y que prescriba la composición adecuada de la misma. En segundo lugar, la mano de obra debe ser profesional, para que la ejecución asegure una perfecta estanqueidad que evite futuras filtraciones o humedades.

8- Cómo hacerla tú mismo

Cabe la posibilidad de que lo que buscamos sea una cubrición sencilla a cuatro aguas, por ejemplo, para un pequeño pabellón de jardín. En esos casos sí que podemos recurrir a una sencilla estructura (de aluminio o de madera laminada, etc.) que nos asegure protección del ambiente exterior, pudiendo apostar por soluciones menos herméticas o, incluso, por un cerramiento de vidrio como la que aquí vemos. 

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