El cabecero de tu cama es más que un mueble o un accesorio, convirtiéndose en ocasiones en el verdadero protagonista del dormitorio, centrando en él todas las miradas. Modificando este elemento podemos transformar nuestro dormitorio y podemos imprimir nuestra personalidad a la estancia si nos decantamos por un diseño propio e imaginativo.
En este libro de ideas, te mostramos 15 sugerentes diseños que podrías elegir para tu propia cama.
La cama tiene que tener una adecuada solidez para que resulte confortable. El cabecero tiene que transmitir también esa sensación para que la composición resulte equilibrada. Este elemento puede ser el protagonista del concepto de decoración planteado para el dormitorio.
En este dormitorio, por ejemplo, el cabecero queda integrado en el diseño unitario que se propone. Se apuesta por un sugerente juego de líneas y de materiales, siendo la sólida madera sin tratar el hilo conductor entre los diferentes elementos que componen la decoración de la habitación y, también, que conforman su configuración espacial.
Eligiendo un cabecero de cama que se prolongue hasta el techo del dormitorio, estarás dirigiendo hacia él todas las miradas, convirtiéndolo en el verdadero protagonista de la estancia. Este tipo de decoración es actualmente una tendencia en dormitorios modernos, por la solemnidad que aporta a la estancia con un gesto bien sencillo. El efecto es mucho más palpable cuando ocupa el eje de simetría de la habitación.
El cabecero tiene un origen funcional, para proteger la pared situada detrás de la cama, pero su potencial estético ha superado con creces a su carácter práctico. Si quieres transformar la imagen de tu dormitorio, empieza entonces por este elemento. Para ello, la compra no es tiene por qué ser nuestra única opción.
Colocar un nuevo cabecero no requiere de una inversión considerable, así que todo el mundo puede permitírselo si recurre al ingenio. Vale la pena considerar otras alternativas a la compra, plantear la posibilidad de la auto-renovación o la incorporación de una pieza DIY. Además, acometiendo algunos sencillos cambios en la decoración del dormitorio introduciendo elementos puntuales o con actuaciones superficiales lograrás una radical transformación.
La cama es el elemento de mobiliario que más espacio ocupa dentro de un dormitorio. En la cama, el cabecero es elemento con más presencia. Por ello, un bonito diseño o una apuesta original puede transformar la estética de la estancia. Jugar con las texturas y los contrastes de colores puede ser una forma de conseguirlo.
El cabecero enmarca y/o preside la cama y le da unidad al mobiliario dispuesto en el dormitorio. Por ello, el cabecero debe ser elegido pensando en el estilo que tienen el resto de elementos, buscando una armonía estilística y tonal.
Los cabeceros modernos cada vez con más frecuencia se componen de una sola pieza, bien rectangular o, incluso, cuadrada muy directamente relacionada con el tamaño que tiene la propia cama. Pero hoy en día podemos jugar con prolongar los límites de este elemento y romper la vinculación directa con la cama para pasar a ocupar todo el frontal.
Como decimos, puedes apostar por un cabecero personalizado, que se adapte como un guante a tus gustos o al dormitorio que quieres decorar. Una posibilidad muy empleada hoy en día es la de colocar un cabecero tapizado con un patrón que te guste especialmente. Aportan originalidad a la propuesta decorativa del dormitorio y, además, resultan muy confortables.
Si optamos por un diseño tapizado que incorpore el clásico capitoneado con botones estaremos apostando por un elemento sobrio y elegante. Jugando con la textura del tejido elegido o con la gama de color empleada en el resto de elementos que componen el dormitorio podemos lograr una estampa tan sofisticada como la de la imagen.
Los materiales empleados para un cabecero de cama pueden englobar desde la imperecedera madera, telas y tejidos, vinilos o cuero, ya sea de imitación o natural, como en esta cama tan especial que os mostramos en la imagen. Elige el material que más te guste y que mejor combine con el resto de la decoración de tu dormitorio.
Como decíamos antes, las opciones que tenemos a la hora de elegir un cabecero para nuestra cama pueden ser infinitas. Todo lo que te imaginas puede ser utilizado para crear un cabecero espectacular. Aquí, por ejemplo, vemos la reutilización de dos viejas contraventanas de madera para crear un maravilloso cabecero.
El cabecero, como mencionábamos, puede determinar el estilo decorativo de la habitación. Este dormitorio viene marcado por el encanto rústico que aportan las piezas de madera reutilizadas y empleadas para crear un original cabecero y sus elementos adyacentes. El uso de colores claros y tonos tierra o la incorporación de otros elementos naturales, hacen el resto.
De todos es sabido que el color negro es siempre elegante, sofisticado, capaz de combinar con todos los colores y muy relacionado con una imagen de vanguardia. La combinación de negro y blanco es un clásico infalible. Si además, se matiza con tonos grises, la composición ganará en el armonía y equilibrio.
Sabemos que el uso del color es vital a la hora de crear composiciones donde reine la armonía. En el dormitorio de la imagen se logra con el empleo de una paleta muy amplia de color pero mezclada con mucha habilidad y en pequeñas dosis, equilibrándola con el color blanco como tono principal de la decoración.
El patrón de color no se reduce sólo al cabecero sino que se traslada también a un original banco que se sitúa a los pies de la cama, estableciendo un divertido diálogo entre ambos.
Los cabeceros de hierro forjado son un clásico que asociamos con las grandes camas antiguas. Hoy en día este material recupera el valor de antaño y vuelve a aparecer en decoraciones de lo más modernas, bien restaurando una pieza antigua y combinándola con elementos de diseño actual, o bien creando un diseño completamente nuevo como el que vemos en la imagen. ¿Qué te parece la arriesgada apuesta del rojo sobre el negro? Espectacular!
A la hora de elegir el cabecero, su diseño, color y material, ten en cuenta el tipo de piezas que se distribuyen por todo el espacio de la habitación. La decoración debe verse como una composición integral de todas estas piezas, incluyendo también la ropa de cama y los accesorios que tengas en el dormitorio.